Se entiende por vehículo eléctrico (VE) aquél que utiliza uno o varios motores eléctricos para su tracción a partir de la energía eléctrica almacenada en baterías o acumuladores que se recargan desde la red eléctrica. En las baterías, la energía química almacenada se transforma en energía eléctrica y posteriormente, a través del motor eléctrico, se convierte en energía mecánica. Para recargar las baterías, el vehículo eléctrico necesita conectarse a un poste de recarga de corriente eléctrica, ya sea de baja intensidad de corriente (recarga lenta) o de alta intensidad (recarga rápida).
Entre sus principales características, el VE destaca por su nula contaminación en los entornos urbanos, ya que en su circulación no produce emisiones contaminantes. También cabe comentar su inexistente contaminación acústica, salvo el inevitable ruido causado por su propia a rodadura.